Honda destina buena parte de su inversión anual en I+D+i en tres ejes: Seguridad Activa, Pasiva y Preventiva. Las dos primeras se refieren a aquellas tecnologías incorporadas en los vehículos capaces de minimizar el riesgo de sufrir accidentes o reducir sus consecuencias, respectivamente, tales como sistemas electrónicos, ABS, gestión de modos de motor, ajuste del amortiguador de dirección, regulación automática de las suspensiones, airbags, etc.
En este terreno, Honda siempre ha liderado el desarrollo tecnológico de sistemas avanzados de ayuda al conductor, aplicados no solamente en sus modelos de alta gama (como el exclusivo Airbag que desde 2007 equipa la Honda Goldwing, la primera y única motocicleta en equipar este dispositivo como equipamiento original), sino también en sus motocicletas y scooters de baja cilindrada, como por ejemplo la nueva CB300R y la CB125R equipadas de serie con un ABS gestionado dinámicamente por un avanzado sistema de Unidad de Medición Inercial (IMU), o la SH125i, la Forza125 y provistas de sistema de control de tracción. Asimismo, Honda está realizando test de nuevos sistemas de airbags específicos para scooters de pequeña cilindrada, una muestra más de este enfoque de la marca hacia el equipamiento de sistemas pasivos de seguridad no solo en motos de alta gama.
En este sentido, el presidente mundial de Honda Motor, Toshihiro Mibe, anunciaba hace poco que se llevarán a cabo iniciativas que buscarán garantizar todavía más la seguridad de los clientes de Honda. Mibe confirmaba el objetivo de cero fallecidos por colisiones de tráfico que involucren motocicletas y automóviles Honda a nivel mundial para 2050 (y una reducción del 50% para 2030). Un ambicioso propósito que se perseguirá, por un lado, mediante el fortalecimiento de la investigación e inversiones en estas tecnologías de seguridad, como nuevos sistemas avanzados de asistencia omnidireccional que interconectan al conductor con otros vehículos e infraestructuras de la vía permitiendo predecir los riesgos potenciales y ayudando a las personas a evitarlos antes de que ocurran las colisiones, así como sistemas de Inteligencia Artificial (IA) que se adaptan a la capacidad y situación de cada individuo para reducir los errores y riesgos de la conducción. Todo con el objetivo final de permitir a las motocicletas y los automóviles coexistir de manera segura y liderar el camino hacia una sociedad libre de colisiones.
Y por el otro lado, mediante una mayor promoción del tercer eje, la Seguridad Preventiva que, además de tecnologías de señalización (indicadores de frenada de emergencia, potentes sistemas de iluminación, etc.), incluye sobre todo la formación y concienciación de los conductores, una importante labor que la Honda Escuela de Conducción lleva 30 años desempeñando de forma pionera en el sector de las dos ruedas y que le ha permitido acumular un gran nivel de conocimiento y experiencia en material de formación de motoristas. HEC será, por tanto, un pilar fundamental en la consecución de ese objetivo de cero muertes.